Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
En un mundo lleno de incertidumbres y desafíos a cada día, la promesa de la fidelidad de Dios nos da consuelo y fortaleza.
En este pasaje del Apóstol Pablo sentimos que somos invitados a reflexionar sobre la noción de seguridad espiritual y la confianza en la fuerza de Dios que cuida de nosotros pase lo que pase.
“Fiel es el Señor”. El término “Fiel” en hebreo “emet”, quiere decir “estabilidad” o “confiabilidad”.
La fidelidad de Dios no solo implica un compromiso inquebrantable con sus promesas, sino también la certeza de que, incluso en momentos de dificultad, Él permanece a nuestro lado. Dios es fiel, es decir, no se afecta por nuestras circunstancias o nuestras fallas.
Reflexionar sobre la fidelidad de Dios nos lleva a considerar nuestra propia fe y confiar en Su camino. Siento que nos desafía a cultivar una relación más profunda con Él, a depositar nuestra confianza en Su cuidado, sabiendo que su fidelidad es constante.
Además, nos hace querer buscar la estabilidad en la fe, a encontrar en ella un ancla que nos sostenga en medio de las tormentas que enfrentemos.
2ª Tesalonicenses 3:3 nos anima a abrazar la seguridad espiritual que proviene de la fidelidad inquebrantable de Dios, a confiar en su constante cuidado y a encontrar fortaleza en esta promesa.
Sara Brito – España – 06/12/2023
Misionera – Estudiante de Medicina
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