Olha só… Eu fui surprendido pela últma mensagem, aínda quando sempre escrevo você com a esperança de receber resposta. Agora sucedeu e deu-me uma pequena felicidade depois de ter más experiências essa mañâ. Cheguei ao trabalho e em 15 minutos Estela chamou pra me avisar que esquecí os óculos. Voltei pra casa, e quando tentei voltar ao trabalho, a motocicleta tive probleme de flotador no carburador. Fui ao mecánico, 25 mil (5 Cocas de 2 Lt. Misericordia!). Mcal. López e Brasil estragó o fundo da sacola do supermercado que pendurava do manubrio e cairam na rúa a minha açúcar méio kilo, alem das 6 laranjas que rolaram daqui pra lá até a metade do quarteirâo, e eu desejando que viatura nenhuma pisasse as frutas que depois juntei como avestruz, uma á uma, e a gente olhando curiosa o sucesso.

   Cuando al fin logré llegar al canal con la mitad de mi azúcar y mis naranjas, tomé un botellón de agua (20 Lts.) para repuesto do bebedouro, zafó el capuchón que suelo sacar sólo con cuchillo, y cayó en la oficina de recepción, se volcó e inundó una buena porción del piso y me puse a secar. Después de todo eso, la alegría de encontrar tu mensaje y escribir inmediatamente mi respuesta ignorando la sensación de hambre que está lijando mi pared estomacal después del tereré.

   Señor Blu, en cuanto a tus achaques de vejez, no tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: «Por causa de tus frecuentes enfermedades, bebe un poco de vino…» Eu, pelas dúvidas, ja vou começar beber agora pra que a «velheça» nâo venha ser tâo maluca comigo quando eu seja idoso; vou ficar bem anestesiado…

   Muchas gracias por tu breve pero preciosa visita. «Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en él confían» (Nahúm 1:7).

Las cookies nos permiten ofrecer nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies. Más información.