Hermanos comprometidos en la extensión del reino de Dios, personas que sienten en sus corazones el llamado a ser columnas del templo espiritual, no hecho por manos que constituyen las almas, sobre toda la faz de la tierra, por las cuales sienten un sincero quebrantamiento. Desde San Pablo, donde se encuentran afincados, oran a favor de esta obra y la apoyan con marcado gozo.