¿POR QUÉ TRABAJAR ENTRE LOS NIÑOS?
• JESÚS NOS DIO EL EJEMPLO
Leemos en Lucas 18:16 “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios”. Ellos son los herederos del reino de Dios, y nosotros somos los encargados de hacérselo saber y de que mantengan el derecho a esa herencia. Debemos marcarles el camino a seguir y también que si algún día se desvían, sepan como volver.
Jesús nos dio un gran ejemplo al acompañar sus palabras tomando un niño en sus brazos. Ese contacto físico es el que en muchas ocasiones le confirmará el camino por el afecto que le tenemos.
• ES UN MANDAMIENTO
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Mr.16:15. Tu puedes estar leyendo estas páginas por muchas razones. Quizás ya estés involucrado en la obra entre los niños, y puedes haberte iniciado de distintas maneras. Pero ya sea que hayas tenido un llamado audible de parte de Dios, o que simplemente te alistaste como voluntario cuando el Pastor pidió ayudantes en la labor, quiero que sepas que no estás fuera de la voluntad de Dios. ¿Sabes por qué? Porque es Su voluntad que todos los hombres sean salvos. Al referirse a “hombres” Dios está hablando de la humanidad. Y los niños son un campo muy fértil para recibir la semilla del Evangelio y dar buenos frutos.
Veamos un momento la parábola del buen sembrador en Lucas 8. ¿Cuál de las tierras mencionadas puede representar el corazón de un niño?¿ Sin duda, la buena tierra. Las otras están ya viciadas con piedras, espinos, arena, marcadas con golpes recibidos, orgullo, malas costumbres, cansancio del camino, dureza de corazón. El alma de un niño está libre y fresca, y recibirá la Palabra del Señor tal como nosotros se la ofrezcamos.
• TENEMOS QUIEN NOS AYUDE
Creo que el Educador Cristiano tendría que tener el texto de Juan 14:26 en la cabecera de su cama, en su mente y en su corazón. “El (Espíritu Santo) os enseñará todas las cosas”. No dejo de sorprenderme después de 30 años de trabajo entre los niños, cómo el Espíritu Santo da su dirección en cada caso y para cada ocasión. El educador tiene en este punto el gran desafío de dejarse guiar. Pero recuerda que siempre debemos estar llenos del Espíritu Santo y abundar en la Palabra de Dios para que Él pueda obrar a través nuestro.
Me sirve mucho en mi trabajo con los chicos una frase que leí y cuyo autor no recuerdo, pero bien vale la pena insertarla aquí por su valor: “Trabaja como si todo dependiera de ti, ora como si todo dependiera de Dios”. Creo que sólo así llegaremos al corazón de cada chico.
• SON VIDAS SALVADAS
Es conocida la reflexión: “El que conduce a Cristo a un adulto, salva un alma; el que conduce a un niño salva además, una vida” queriendo significar con esto que tienen mucho más oportunidades para ser bendecidos y de bendición a otros. Nunca sabremos con anterioridad si estamos adoctrinando a un Billy Gram., a un apóstol Pablo o a un niño que llevará la salvación a su familia. Todos tienen su valor por si solos y por el potencial efecto multiplicativo que tiene en ellos la Palabra. Dios me está hablando mucho últimamente sobre este tema; basta sólo con pensar que la familia atenderá más la palabra o la invitación de su hijo que la de un extraño. Como Educadores aprovechemos toda oportunidad de contacto con la familia (Ver capítulo aparte)
• REDUNDA EN BENDICIÓN PARA LA IGLESIA
Dios muestra su gracia a favor de los niños. Léase Lucas 1:66. Dios responde a las oraciones de los niños. Los grupos de niños son brazos importantes de la Iglesia y de ello debe tomar conciencia toda la congregación, tema que trataremos más ampliamente en otro capítulo.
BASES PARA SER UN BUEN EDUCADOR
• QUE JESÚS SEA EL SEÑOR DE TU VIDA
No puedo dar lo que no tengo. Si mi vecina me pide azúcar, difícilmente se la pueda dar si no la tengo. Así es con el Señor y el Espíritu Santo. Si yo no los tengo, no los puedo compartir. Tan sencilla como ésta es la base para ser Educador de niños en el Señor. Puedo tener todos los cursos teológicos y didácticos, pero si no tengo la vida en mí no la puedo mostrar a otros. Sobre mi amor a mi Señor y a los niños debo edificar mi maestría. Y sobre eso sí, debo preocuparme por la preparación, métodos, estimulación, etc. Para llegar a la meta.
Recuerdo mis comienzos en esta tarea, hace unos 30 años. Mi pastor me llamó a su lado y me dijo: “Tu tienes que trabajar en la obra entre los niños”. –No puedo- fue mi primer respuesta- nunca fui a una clase para niños (porque me convertí al Señor junto con mis padres cuando tenía 10 años y comencé en las reuniones de mayores). Quizás tú pongas otras excusas, pero todas dicen: No puedo. Míralo desde este punto de vista: si quieres aprender tú mismo más del Señor, concurre a una reunión de niños, métete entre ellos, comparte con aquellos de los cuales es el reino de Dios y aprenderás muchísimo; aprenderás amor, paciencia, tolerancia, perdón, en fin, aprenderás a vivir la vida cristiana. Y a poco estarás tan involucrado con los niños que no te podrás separar fácilmente de ellos.
Ya sea que recién comienzas o que tienes años en el servicio, lo más importante es estar tú mismo dispuesto a aprender del Señor. Que Él sea el Señor de tu vida en todo momento, porque debes saber que frente a los niños estarás más expuesto que nunca. Ellos son muy intuitivos y saben si tú crees lo que les enseñas o lo estás dudando.
• TENER PLENO CONOCIMIENTO DE LA BIBLIA
“Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina” 1 Ti 4:16
Si ya estás frente a un grupo de niños ¡te felicito!. Eres un valiente. Has asumido una gran responsabilidad. Quiero decirte una frase con mucho de verdad: “Si Dios te señala una puerta con su dedo, con su mano te abrirá el camino”. Hay un camino a recorrer, pero lo bueno es realmente saber que paso a paso Dios te irá mostrando su senda.
El gran Spurgeon (grande por obra de Dios), a quien citaré varias veces en las páginas que siguen, gustaba de exhortar lo mismo que ya nos dice la Biblia: “Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina”. Para cuidarnos a nosotros mismos, debemos cuidar lo que creemos, cuánto más para cuidar a otros. Basémonos siempre en la Palabra de Dios. Ella es fiel y clara, no tiene sombra de variación. Si la Biblia dice algo, creámosle así.
Es increíble, pero si hacemos una encuesta entre los cristianos, y aún entre los obreros, para saber cuántos han leído la Biblia en su totalidad, nos sorprenderíamos de los resultados. Es bueno leer siendo guiados por el Espíritu Santo, pero también tenemos un raciocinio dado por Dios, aunque a veces con los hechos neguemos tenerlo. Si cualquier estudiante secular debe leer libros y más libros en cualquier materia o asignatura, no me explico por qué los obreros cristianos creemos que no tenemos el deber de leer sistemáticamente nuestro libro de cabecera. Hay un muy buen plan para leer la Biblia entera en un año, y consiste en leer cada día tres capítulos y los domingos cinco capítulos. Sólo con eso en un año habremos leído toda la Biblia. Es un buen desafío y sólo requiere disciplina. Por supuesto esto no exime de leer otras partes o historias bíblicas que deseemos conocer.
• HACER DE LA ORACIÓN NUESTRO PRINCIPAL DELEITE Y OCUPACIÓN
En 1 Samuel 12: 23 leemos: “que el Señor me libre de pecar contra él, dejando de rogar por ustedes”. ¡Qué tremenda convicción! En el trabajo en la obra del Señor no tienen lugar los haraganes. No sólo debemos prepararnos en Su palabra, sino no dejar de orar por aquellos que tenemos a nuestro cuidado. Piensa solamente que si tu no oras por esos niños hoy, nadie lo hará. Tú eres el encargado de llevarlos ante Dios y de mantenerlos ahí. Y te contaré un secreto: cuánto más ores por ellos, más fortalecido te sentirás tu mismo, más les amarás y ellos te devolverán ese amor multiplicado.
Hay dos esferas en las que hay que entregar todo: trabajo y oración. Hay mucha gente muy talentosa que con sus esfuerzos logran éxitos importantes aún en la consecución de gentes tras un ideal, pero la gran diferencia del cristiano es la intervención divina, intervención que se logra sólo mediante la súplica, humildad y sumisión a la voluntad divina.
• CARÁCTER ADECUADO
Un buen educador debe ser:
– ejemplo
– alegre
– equilibrado
– fiel
– buen estudiante
Todo esto parece demasiado… y lo es. Es mucho. Salvo que leas el subtítulo del apartado: Que Jesús sea el Señor de tu vida. Si es así, nada es demasiado difícil. Ahora desarrollaremos los puntos que mencionamos:
EJEMPLO. Los niños son imitadores por excelencia. ¿Por qué crees que juegan a las muñecas, a la pelota o al carpintero? Es porque lo ven realizar a otros. Pero este es el nivel más inofensivo de imitación; cuando imitan acciones que demuestran sentimientos es más preocupante, pues en ellos se reflejan lo bueno o lo malo del ambiente en que viven. Los niños tienen una sensibilidad especial para captar su “ambiente inmediato” al decir de VYGOSKY. La parte que nos corresponde acá es la responsabilidad de ser (quieras o no) ejemplo para estos niños que están frente a ti. Esta es la razón por la que debes estar:
ALEGRE: Que no significa ser un payaso, sino trasmitir el gozo profundo del Señor, en la certeza de su amor y triunfo sobre todos los problemas.
EQUILIBRADOS. En estos días los niños necesitan un puerto seguro donde anclar tras las tempestades de la vida. Lo ideal es que ese puerto sea el hogar, pero como no podemos nosotros determinar ese punto, por ahora somos los educadores los representantes de ese lugar. Que ellos nos encuentren siempre con el mismo carácter. No que un día queramos besarlos y abrazarlos y al día siguiente no les permitamos ni que nos toquen. No que un día les hagamos bromas y al siguiente no se las aceptemos a ellos.
FIEL. Nada desilusiona más a un niño que ir a su clase semanal y no encontrar a su referente. Si bien es bueno traer invitados especiales, el educador no debe faltar ni en esas ocasiones especiales. Si algún día se ve obligado a faltar, debe fundamentar con su grupo por qué no lo hizo. Esta es una de las razones por la que no recomiendo que haya solamente un adulto por grupo, pues ante cualquier imprevisto queda un referente fiel y el niño no se siente abandonado.
También podemos referirnos a la fidelidad como al cumplimiento de lo prometido. Si al niño le decimos que tendremos una fiesta, hagámosla. Si les prometemos un premio, ver un video, sacar fotos, etc cumplámoslo. Tal como dice la Biblia “es mejor que no prometas y no que prometas y no cumplas” (Ec. 5:5)
UN BUEN ESTUDIANTE. La buena preparación pasa por las rodillas y los libros. Lee todo lo que esté a tu alcance y si tu alcance es muy corto, pide ayuda. Lee la Biblia por supuesto y también biografías de cristianos, libros de estudios bíblicos (eso te abrirá la mente a nuevos horizontes), bosquejos homiléticos
8que te enseñarán a preparar lecciones), libros seculares o cristianos sobre didáctica y sicología infantil. Es bueno llevar un registro de los libros, folletos y revistas leídos, acompañado de las fechas en que los leíste. Esto te estimulará a continuar adelante. Y recuerda que es una realidad: el alumno nunca podrá ir más lejos de lo que su maestro vaya. Si tú quieres que tus alumnos crezcan, crece tú.
• TENER OBJETIVOS CLAROS
Cada vez que nos proponemos hacer algo, debemos plantearnos algunas preguntas básicas, tales como ¿para qué? ¿por qué? ¿qué espero lograr?. La respuesta a esas interrogantes son los “objetivos” a los cuales queremos llegar. Ahora, según el plazo de estos objetivos, estaremos hablando de un corto, mediano o largo plazo. Y creo que los tres deben estar presentes al nuestra tarea.
A CORTO PLAZO: Un objetivo a corto plazo puede ser la respuesta a las preguntas ¿qué tema voy a tratar hoy en clase? ¿para qué quiero enseñar esto? Si me parece que lo que necesita el grupo o algunas individualidades es acrecentar su fe en el Señor, buscaré un tema tal que les impulse a creer más. Dependiendo de la edad claro, buscaré historias bíblicas de milagros, biografías de grandes cristianos contemporáneos, et. Si en cambio me parece que lo que necesitan es llevarse mejor como grupo, buscaré historias de ayuda mutua, de buen reracionamiento, parábolas de Jesús, etc.
A MEDIANO PLAZO: Un objetivo a mediano plazo podría ser relacionado con las familias de los niños. Puede ser, por ejemplo, que tengamos la inquietud de llegar con el mensaje del evangelio a esas familias. Iremos así planificando actividades especiales donde intervengan los niños e invitaremos a los familiares para que los vean. También podemos preparar folletos o tratados y entregárselos periódicamente. Al hablar de plazos, estamos hablando de tiempo, y aquí podremos pensar en un lapso de 2 a 10 meses.
A LARGO PLAZO: Si nuestra visión no es corta, seguramente miraremos a esas vidas que hoy tenemos con nosotros en una perspectiva mayor. Hoy son y valen mucho ¡pero cuánto más queremos que sean y que valgan en un futuro! Por eso nuestro anhelo debe ser que esos seres pequeños aún, sean en un futuro los conductores del pueblo de Dios, los que arrebaten almas de las puertas del infierno y las traigan a Cristo. ¡Nada menos podemos desear! Trabajemos por ello con ahínco. Pensando en este objetivo, deberemos programar a veces visitas a lugares donde la realidad sea diferente a la nuestra (con necesidades sociales y espirituales, o con abundancia de bienes, etc) o también invitar a personas con distintos ministerios a que visiten la obra entre los niños.
Por supuesto estos son sólo algunos ejemplos, pero los tres plazos deben estar entretejidos en una buena programación de Escuelas Bíblicas.
• TENER INTERÉS GENUINO
Hemos hablado ya de la extrema sensibilidad de los niños. Ellos perciben si nuestro interés por ellos es auténtico o no. No debemos fingir sentimientos, pero sí tratar de ser demostrativos. Es bueno que les pidamos nos planteen sus necesidades y orar con ellos por su petición, preguntar por su familia, por sus estudios. Es de gran ayuda que anotemos, desde que tomamos contacto con el niño, el mayor número de datos personales, a modo de ficha individual.
Sugiero los siguientes puntos:
– Nombres y apellidos
– Dirección y teléfono
– Fecha de nacimiento (cumpleaños)
– Año que cursa (estudios)
– Personas con quienes vive
– Otras actividades
– Hobbys
Hay características generales de las edades que debemos dominar muy
Bien para entenderlos (las trataremos en un capítulo aparte), pero estos puntos personales son muy importantes, como también lo es, que pasemos tiempo a solas con cada niño. Deberemos buscar la oportunidad para no estar siempre con el grupo, sino también para atender un poco a cada niño en especial. Un día lo llamaremos aparte para que nos ayude con algo (arreglar láminas, etc) y aprovecharemos para hablar con él de sus cosas e intereses, sin decirle al niño, por supuesto, cuál es nuestro propósito. Debe parecer totalmente ocasional. En otra oportunidad podemos acompañar al niño caminando a su hogar, y en el trayecto tratar de conocer más profundamente sobre su vida, sus gustos o preocupaciones. En fin, Dios nos dará la sabiduría si realmente tenemos interés en conocer a nuestros niños. Jesús se movía entre la gente y conocía sus costumbres, sus rutinas de trabajo, sus lugares, por eso podía hablarles con propiedad y enseñarles en base a lo que ellos conocían. También aquí debe primar nuestro sentido común. Quiero decir, por ejemplo si en nuestro grupo hay un niño cuyo padre maltrata a su familia, seguramente no nos entenderá cuando le hablemos de que Dios es un padre amoroso. Si un niño pasa necesidades diarias de comida y nosotros le hablamos que Jesús es el pan de vida, está bien, pero también debemos hablarle sobre que Él puede suplir nuestras necesidades diarias y, en la medida de lo posible, colaborar con la solución a las necesidades. En nuestra congregación, a instancias de la esposa del pastor, se fijó un día al mes, donde los hermanos llevan un kilo de algún alimento no perecedero, y todo lo reunido se destina a ayudar a una familia, que bien puede ser la de un niño de las escuelitas. Eso es de gran ayuda para las familias y además un buen testimonio de la obra que Cristo quiere que hagamos (Santiago 1:27 y Lucas 10:33-37)
Otro tiempo importante para los niños es el del disfrute de las actividades. Que no aparezca ante sus ojos la hora de la clase como solamente la del aprendizaje: “has esto, no hagas aquello”, sino que tenga tiempo de disfrutar del juego, de videos, de moverse con canciones, de charlar.
• PREPARACIÓN ADECUADA
Oirá muchas veces que la mejor preparación es la que el Espíritu Santo da.
Y estoy totalmente de acuerdo. Déjate llevar por lo que el Espíritu Santo indica y nunca te equivocarás, ni en el tema a tratar, ni en los trabajos manuales, ni en las canciones elegidas. Pero al hablar aquí de preparación adecuada pretendo referirme a la parte que nosotros debemos poner de nuestro esfuerzo, empeño, inteligencia, tiempo y materiales. Cierto es que nunca diremos: “Me preparé demasiado para esta clase”. La preparación es contínua. Terminamos una lección y ya debemos comenzar a pensar en la siguiente. De este modo, con el tema ya decidido y claro en nuestra mente, podemos ir enriqueciéndolo durante la semana con diversas lecturas relativas al tema, fotos, gráficas, notas de actualidad que aparezcan en periódicos, revistas, con frases, versículos e historias bíblicas bien relacionadas. En el apartado sobre la oración, anoté una frase que, a riesgo de ser reiterativa, quiero que recordemos acá: “Trabaja como si todo dependiera de ti, y ora como si todo dependiera de Dios”.
Creo que no hay demasiadas excusas para no prepararnos debidamente. “No tuve tiempo”, “Tuve que trabajar horas extras”, “Debo cumplir también con mi familia”, pero no dejemos que ninguna de estas cosas (que pueden ser muy válidas) nos quiten nuestra mirada del objetivo y misión de nuestra vida.
¿Cuántos libros sobre educación cristiana y educación secular has leído en este último año? Lleva una agenda ordenada del material revisado y es recomendable extraer párrafos o conceptos que te resulten interesantes para tu labor. Así tu mente se irá abriendo a nuevos horizontes y cuando menos lo pienses estarás utilizando alguno de tus conocimientos.
Es bueno que tengas un plan general de acción. Esto es, si pretendes trabajar en el año con la vida de Jesús, trázate un plan dejando lugar para: a- su vida propiamente (nacimiento, infancia, lugares que recorrió, amigos, familia, viajes); b- sus milagros; c- sus parábolas; d- su juicio y muerte; e- su resurrección. No debemos olvidar los imprevistos, tales como visitas que recibamos, días especiales (de la madre, de la Biblia, de juegos solamente), y los trabajos con videos.
CARACTERÍSTICAS DE LAS EDADES INFANTILES
En un artículo titulado “Génesis y estructura en psicología de la inteligencia”, el sicólogo Jean Piaget nos da claves fundamentales sobre el desarrollo de la inteligencia, marcando estadios o etapas en estrecho paralelismo al desarrollo de la afectividad, la socialización, el juego y los valores morales.
Según Piaget, los momentos que marcan distintos estadios son:
• ESTADIO DE LOS REFLEJOS O MONTAJES HEREDITARIOS.
Son las primeras tendencias intuitivas y emocionales.
• ESTADIO DE LOS PRIMEROS HÁBITOS MOTORES Y PERCEPCIONES ORGANIZADAS.
El niño sonríe, reconoce personas, toma lo que ve.
• ESTADIO DE LA INTELIGENCIA SENSORIO MOTRIZ.
Aparece antes que el lenguaje propiamente dicho, en actos de inteligencia como los que realiza para llegar a un objeto deseado tirando de una manta o trepando a algún elemento.
• ESTADIO DE LA INTELIGENCIA INTUITIVA: (de 3 a 7 años)
Se inicia con la adquisición del lenguaje y se continúa con la etapa de los por qué. Como características podemos anotar:
– Está dominado por las percepciones inmediatas. Le es difícil o imposible razonar independientemente, por lo que sus actos, pensamientos o imaginaciones se basan en lo que ve o siente, o sea, en sus sentidos. De esta característica llegamos a ver la importancia de trabajar siempre con láminas, juguetes, etc.
– Puede centrarse en un solo rasgo de un hecho u objeto. Esta es la razón por la que debemos enseñar una sola cosa por lección y no exigir al niño que dé varias características de un personaje, por ejemplo.
– Su pensamiento es utilitarista. Exige el “por qué” suceden las cosas y sobre todo el “para qué”. Cuando le enseñamos que no debemos mentir, acompañemos la enseñanza del “por qué” con razones por las cuales no debemos hacerlo, como ser, daña a otros, no le agrada a Dios pues Él es la Verdad. Cuando decimos que debemos amar a Dios, expliquemos la razón: es nuestro creador, es quien nos da bendiciones concretas como la comida, el abrigo, la familia, y también bendiciones espirituales como la salvación.
– Se miden las acciones por las consecuencias y no por las intenciones. Es bueno o malo si hace bien o hace mal.
Según Kushner es preferible demostrarles que Dios está presente en su vida. Para ello hay que mencionárselo en los momentos en que se encuentran más receptivos: con una repentina alegría, cuando admiran las maravillas que le rodean, o por el contrario, cuando tienen una preocupación.
• ESTADIO DE LAS OPERACIONES MENTALES ABSTRACTAS:
( 12 en adelante)
Es el determinante en la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en el mundo de los adultos.
Algunas características de esta etapa son:
a) Es ferviente partidario de la verdad y la certeza.
b) Le agrada ver el mundo con visión realista y que así se lo presenten. No debemos exagerar la bondad ni la maldad de la gente.
c) Mide sus capacidades por la crítica de sus compañeros y mayores. El creerá que es inteligente o lindo si así se lo dicen o se lo hacen notar. Pero también lo contrario: creerá que tiene pocos valores si se siente dejado de lado, o que sus pares o adultos no lo aprecian o necesitan lo suficiente. Por eso aquí, en esta etapa, es tan importante trabajar con la autoestima, hacerles comprender que cada uno es único e irrepetible y que Jesús le ama al punto de morir por él.
d) La adolescencia es una etapa muy especial, donde el ser humano “adolece” o sufre una enorme cantidad de cambios físicos y emocionales. Es bueno que el Educador avisado hable con sus alumnos de estos temas, a veces en grupo, a veces individualmente. Hoy en día hay videos educativos muy buenos que recomiendo, como ser “De dónde venimos” y “Qué me está pasando” (se consiguen en casas de videos seculares).
e) El sentimiento de amistad es muy serio. Presentar a Jesús como amigo es fundamental a esta edad. No debemos descuidar tampoco el cultivo de la amistad entre los pares y el fortalecimiento del grupo como tal. Este sentimiento de pertenencia será fundamental en el momento cuando lleguen las inevitables pruebas que la vida nos depara. Fortaleciendo la amistad en el grupo estamos ganando una de las batallas más importantes en la vida de los adolescentes.
Por supuesto que podríamos agregar otras clasificaciones, pero no queremos convertir este diminuto libro en un compendio de sicología, sino que la idea es dar solamente una orientación básica de los distintos estadios por los que atraviesa el niño y saber así como llegar mejor a ellos.
FACTORES QUE INCIDEN EN EL APRENDIZAJE
Para comprender mejor los factores que inciden en el aprendizaje, vamos a tratar con ellos en seis apartados diferentes, a saber:
a) Motivación
b) Interacción
c) Conocimientos previos
d) Afectividad
e) Métodos empleados
f) Trabajo con videos
a) MOTIVACIÓN: La motivación debe ser la primera ocupación del educador al llegar frente al grupo. Hay una motivación ambiental y otra motivación personal. La primera contribuye a formar la segunda. Cuando hablamos de motivación aludimos a la disposición que debe tener todo individuo para aprender. Será mucho más fácil para un estudiante de letras obtener buenos resultados, si tiene el vivo interés de aprobar el examen. Será más entretenido el concierto de un músico que ama su actuación que uno que lo hace por obligación o contrato, pues si lo siente estará más motivado a hacerlo mejor. Así pues el individuo que desea por alguna causa aprender más de la doctrina cristiana, lo hará más rápidamente y aplicará más su corazón, que otro que no tiene esa motivación. Aquí nos referiremos solamente a dos tipos de motivación: la ambiental y la personal. La motivación ambiental es la referida al entorno. Si el niño entra a un ambiente oscuro, lúgubre, tristemente se le podrá grabar la idea de que Dios, el Dios del que le hablaron allí, es luz. Es responsabilidad del educador que el ambiente sea agradable, iluminado, con temperatura adecuada, asientos cómodos y espacio suficiente para moverse. “Muchas veces el local y su atmósfera impiden que el auditorio preste atención” (Spurgeon). Debemos procurar un ambiente físico agradable a la vista, colorido, bien decorado, no con grandes sumas de dinero (de la cual raramente disponemos), pero si con buen gusto y dedicación. También es importante que el niño pueda escuchar bien, sin interrupciones desde el exterior o por ser molestado por el contínuo pasaje de personas en la sala. La motivación personal es quizás la más difícil de lograr, pero sin esa motivación nadie aprenderá verdaderamente. Recurrimos una vez más a Spurgeon quien nos dice: “Para ganar la atención del auditorio es preciso decir algo digno de oírse. Dadles algo notable, algo que valiera la pena de que un hombre se levantara a media noche para oírlo y de anduviera 50 millas con ese objeto.” Con esto entendemos que la principal motivación debe ser el buen pan que le debemos dar a cada uno cada día. En el plan de cada lección debe haber una preparación especial para la motivación concreta de esa lección. Con los niños se utilizan muchos recursos que pueden figurar al comienzo de la lección, como ser: a) Planteo de interrogantes que el niño no pueda responder fácilmente pero sí en el transcurso de la lección. b) El percibir sensaciones distintas y conducirles en su observación. Por ejemplo, si vamos a trabajar sobre la obra de Dios en nuestro cuerpo, lo mejor será despertando su interés sobre su propio cuerpo, tal como sentir el latido del corazón de un niño en reposo y de uno agitado, jugar a ver cuánto tiempo pueden contener la respiración voluntariamente, quién salta más alto o más lejos y reflexionar sobre qué músculos emplea, escuchar sobre y debajo del agua, etc. c) El presentar objetos concretos, extraños o comunes, siempre les inquieta a fin de saber qué haremos con ellos. Útil es en el caso de dar la Biblia como luz, el traer a clase una lámpara, etc. d) Las láminas bien realizadas, atrayentes, son otro punto de partida para trabajar, o bien pueden ser secuencias que van manteniendo al niño atento al desarrollo que se va dando.
Existen muchas otras propuestas que captarán la atención del niño y que seguramente el educador interesado descubrirá para emplear en el momento oportuno, como ser: admirar la naturaleza, producir un fenómeno químico o físico frente a los niños, preparar una receta de comida para mostrarles las maravillas de la creación, etc.
B) INTERACCIÓN: Según las corrientes didácticas contemporáneas “…para que la enseñanza sea comprensiva, debería favorecer el desarrollo de procesos reflexivos, el reconocimiento de analogías y contradicciones y permanentemente recurrir al nivel de análisis…” Algunas personas aprenden mejor mirando a otras, otras escuchando, haciendo, etc. Se ha llegado al concepto más o menos unánime que la participación sensorial (o sea la de los sentidos) es básica para el aprendizaje. Se dice en general que el alumno aprende el 5% de lo que oye, el 40% de lo que ve y el 90% de lo que hace. Atendiendo a estos porcentajes, tendremos que poner cuidado pues en cuánto empleamos en “hacer” en nuestras clases con los niños. El “hacer” puede concretarse de distintas maneras: en ejercicio físico, en movimiento, en manualidades, en cantar, en buscar pasajes, en mostrar láminas, en representar personajes, en entregar folletos a otros, en decorar el medio ambiente, etc.
El 40% de lo que se ve, lo retiene, de modo que no está de más mostrarle más de una lámina del mismo tema; también busquemos elementos tridimensionales. Si hablamos de una historia en el mar ¿por qué no hacerla frente al agua, con barcos de juguete o lo que sea alusivo? Si contamos la parábola de los talentos ¿por qué no dramatizarla con tres personajes que tratan de manera distinta con sus monedas? ¿O representar el maná del desierto con espuma plast deshecha a mano por ellos mismos? Según A. Saez “la enseñanza será viva y activa, en la que el niño se exprese libremente, en que pregunte, investigue y en la que el maestro observe, descubra y oriente”.
C) CONOCIMIENTOS PREVIOS: Es la conocida práctica de partir utilizando las ideas previas que los alumnos tienen del tema a tratar. Esto es, asumir que los alumnos ya saben algo como punto de partida. Creo que nada hay que sea totalmente nuevo; de alguna manera el niño ya ha tenido contacto con verdades que nosotros le queremos transmitir. La idea entonces es que para lograr que el niño se meta en el tema, le hagamos participar con sus ideas previas. Si hablamos de la creación por ejemplo, quizás pensemos que eso es nuevo, que el niño no sabe ni en cuántos días ni en qué orden se crearon las cosas, ni si es verdad que descendemos del mono. Sin embargo, siempre hay conocimientos previos. El niño ya conoce el mundo, los seres que lo habitan; podemos pedirle que nos ayude a nombrar los animales que viven en el agua, los que viven en el aire o en la tierra, lo que se observa a simple vista en la noche, las diferencias durante el dia en un mismo lugar, et. Si por el contrario vamos a tratar un milagro de sanidad, él ya conoce otras sanidades realizadas por la mano de los médicos, sólo tendremos que agregar la diferencia entre una sanidad permitida por Dios y una sanidad milagrosa.
D) AFECTIVIDAD: Unido al tema que venimos tratando sobre la motivación del alumno, está la simpatía o empatía que puede haber entre el alumno y su educador. Está en el educador lograr que el niño tenga una actitud positiva, que le de significado a lo que aprende y a la vez que ese aprendizaje genere el deseo de seguir aprendiendo. Cada día nuestros niños deben irse de la clase con la idea que aprendieron algo nuevo, que crecieron más, que valió la pena haber dejado otros amigos, otros entretenimientos y haber ido hoy a clase. Esta idea de “avanzar” es muy positiva, al igual que brindarle un ambiente agradable, pues con esto le estamos diciendo “mira, me preocupé por ti, quiero que lo pases bien”. Un vaso de agua fresca, un caramelo, un beso de bienvenida y despedida, una caricia o un abrazo, son premios que quedarán en el corazón de los pequeños y a veces dicen más que mil palabras.
E) MÉTODOS EMPLEADOS: Tradicionalmente se imponía el método expositivo que, como su denominación lo dice, consiste en exponer una verdad por parte de una persona ante un auditorio. Esto demanda total pasividad por parte del oyente, y como hemos visto, no es una característica de los niños. Actualmente se opta por los métodos interactivos, o sea aquellos que permiten la participación de todas las partes actuantes. Claro está que este método es más difícil de conducir a buen éxito, pero vale la pena intentarlo, y de hecho es el que recomendamos. Debemos tener presente que el alumno aprende de su maestro y de sus pares (compañeros). Por eso cuando en la clase permitimos la intervención de otros niños, y aún preguntas, estamos enriqueciendo invalorablemente el conocimiento y desarrollo de esos chicos. Me parece muy sabia e interesante la afirmación de Spurgeon al decir: “Nuestros pensamientos deben ser bien ordenados según las reglas propias de la arquitectura mental”. Otro concepto del mismo autor para tener presente: “Vuestras enseñanzas doctrinales deben ser claras y terminantes. Para esto es necesario ante todo que sean claras para vosotros mismos”. “Esforzaos en presentar pensamientos tan interesantes como os sea posible”. Todas estas son reflexiones tomadas del libro “Discurso a mis estudiantes” de Spurgeon.
F) EL TRABAJO CON VIDEOS. Resulta muy atractivo el presentar ante los niños todo el equipo de video (monitor, videocasettera, cinta) y luego muy desilusionante no saber trabajar con ellos. Por supuesto que, como primera medida debemos aprender con firmeza su manejo en todo lo que es el aspecto técnico. Antes de presentar la cinta a los niños, debemos haberla visto nosotros, tomar apuntes sobre los puntos fuertes o lo que queremos destacar, y realizar un esquema para presentarles al final e institucionalizar así el conocimiento. Al proyectar el video al grupo, debemos mantener un ambiente agradable en cuanto a luz, sonido, temperatura, comodidad, tranquilidad, visión directa, altura del monitor, etc. El video siempre se debe mirar la primera vez en tramos, cortando y comentando lo pasado, quizás haciendo referencia o lecturas de pasajes bíblicos y permitiendo siempre el comentario o las preguntas de los alumnos. Dejemos luego discurrir la cinta otro tramo y procedamos de la misma manera. Al finalizar, debemos retroceder la cinta y ahora sí, que la vean y disfruten “de un tirón”. De este modo la historia será interiorizada por los niños y la entenderán mucho mejor. Pruebe este sistema. Si en una clase el tiempo no alcanza, en la sección siguiente pase el video completo y presente el esquema sobre el tema tratado. Quizás puedan copiarlo en un block de apuntes y así conservar las ideas principales de los temas trabajados.
EDUCACIÓN SEXUAL EN LA INFANCIA
La sexualidad ha sido durante mucho tiempo, y en cierta manera lo sigue siendo, un tema tabú para gran parte de nuestra sociedad. Hoy se está intentando una mayor y mejor información y formación en este sentido. Pero corre paralelo con la censura de padres, con el temor a despertar a destiempo el interés se4xual, y con las vergüenzas de los adultos no preparados para enfrentar el tema.
En el apartado sobre “Características de las edades infantiles” recomiendo los videos “De dónde venimos” y “Qué me está pasando”, pues los considero esclarecedores del tema para los adolescentes y una gran ayuda para los padres a enfrentar el tema sin rubores que nos desanimen. El tema es demasiado amplio, por lo cual he escogido sólo algunos aspectos para tratar aquí, a saber:
a) Genitalidad.
b) Abuso sexual.
c) Homosexualidad.
d) Relaciones dentro y fuera del matrimonio.
e) Un llamado de atención.
GENITALIDAD. Hay cosas que los adultos que nos relacionamos con niños (padres, educadores), debemos tener claras. Una de ellas es que el niño debe conocer su cuerpo y saber que su cuerpo es bueno. Si el niño no conoce los nombres de las partes de su cuerpo, menos aún va a animarse a referirse a ellas. Es muy común poner sobrenombres: pito, pajarito, etc. como escondiendo detrás de nombres simpáticos algo feo o sucio. Los niños descifran estos mensajes y son, a la larga, negativos. Por tanto deben saber usar los nombres correctos, de nenas y de varones, y referirse a ellos con naturalidad, como una parte normal más del buen cuerpo que Dios nos dio. El niño que respeta su cuerpo, seguramente respetará también el cuerpo del otro. Creo que gran parte de los jovencitos que hoy en día tienen tan baja su autoestima, comenzaron por desestimar su cuerpo. Y nuestro “yo” debe ser un ser integral, donde se armonicen cuerpo, alma y espíritu, todas partes ideadas por Dios. Es recomendable mostrarle a los niños los pasajes bíblicos que nos enseñan sobre el cuidado y respeto por nuestro cuerpo.
ABUSO SEXUAL. Aquí cabe aclarar a los niños que debemos diferenciar en nuestro cuerpo, las partes privadas, las que ningún adulto puede tocar, jugar o acariciar (a no ser el médico y en presencia de un familiar). Para dar a los chicos una fácil definición de cuáles son las partes íntimas, solo debemos decirles que son aquellas partes que cubre la ropa interior. En este punto, y para evitar los traumáticos abusos sexuales, es importante que el niño sepa que no todos los adultos son buenos; que no por el hecho de ser adultos tienen siempre la razón. Es bueno que el niño se acostumbre a plantear su punto de vista en diversos temas de conversación con adultos, pues ellos les ayuda a interiorizar la idea de que la razón triunfa por ella misma y no según de quien venga. Si el niño es escuchado y tiene confianza de que puede plantear cualquier asunto a un adulto mayor, será más fácil comunicarse cuando algo serio le pase. Pero atención, que aquí podemos tener otro punto delicado: cuando al hablar de un tema tal como abuso sexual, pérdida de la virginidad, etc. el niño o adolescente ya lo ha padecido. Debemos ser muy cautos y hacerles saber que el hecho de haber vivido una situación así, no los hace menos valiosos como personas, y que Dios aún tiene planes para ellos. La promesa de vida abundante que Jesús nos dio está en la Biblia también para ellos. Jesús prometió vida abundante a todo el que viene a Él. Esta es una verdad que debe quedar bien clara en la mente y el corazón de nuestros niños y adolescentes.
HOMOSEXUALIDAD. ¿Cómo enseñar a un niño que la homosexualidad no estaba en la mente de Dios cuando creó al ser humano hombre y mujer? Hay varios puntos desde los cuales podemos partir. El primero es el punto positivo, el de hacerles notar que la compañía entre el hombre y la mujer es buena, por eso Dios los creó así. Otro punto positivo es la reproducción: es ideada por Dios y sucede solo entre el hombre y la mujer. Cada uno de nosotros somos fruto de esa relación. El punto negativo es mostrarles lo que Dios dice en su palabra acerca de que los homosexuales no entrarán en el reino de los cielos. Podemos ejemplificar también con lo sucedido a las ciudades de Sodoma y Gomorra. (Génesis 19).
RELACIONES DENTRO Y FUERA DEL MATRIMONIO. No hay una edad determinada para comenzar a hablarle al niño de estos temas, pero todos los educadores tendemos a estar de acuerdo que cuando se comienza a manifestar interés o curiosidad es el momento adecuado. Este tema de relaciones sexuales dentro y fuera del matrimonio, es especialmente delicado, dado que en cada grupo hay, seguramente, distintas vivencias sobre el tema. Pueden provenir de hogares donde se vive en una relativa calma y sin embargo su mamá vive sin casarse con un hombre que los trata bien. O por el contrario, ver que sus padres, con foto de casamiento en la pared, viven en un continuo desacuerdo. Debemos pues, mostrar con la palabra de Dios, que cada hombre debe tener una sola mujer y viceversa, y a partir de ahí sí, buscar la bendición de Dios. Siempre debemos hacerles ver que aunque los “malos” parezcan progresar, el final no será bueno si no tienen en cuenta a Dios.
Un punto importante que el educador no debe olvidar, es resaltar que no somos jueces de nadie. La Palabra de Dios viene a nosotros para enseñarnos, no para convertirnos en jueces. Por tanto no traslademos esa enseñanza a la vida de otros, sino que la atesoremos en nuestro corazón para cumplirla en nuestra vida.
UN LLAMADO DE ATENCIÓN AL EDUCADOR. Se dice que el alma del adolescente es un campo muy delicado, donde debemos entrar con los pies descalzos y con guantes de seda. Creo que en este aspecto de la sexualidad, más que en ningún otro, debemos ser muy delicados, no herir sensibilidades. Quizás podamos tratar el tema en forma conjunta (nenas y varones) o quizás debamos tratarlo separadamente. En todo momento sepamos escuchar a nuestros niños, y aún más, leer entre líneas y darles tiempo, no queramos agotar el tema en un día, sino que ellos irán madurando poco a poco nuestras enseñanzas.
Pureza y virginidad son dos conceptos que debemos abordar. Demostrar lo bueno de estas dos cualidades basándonos en la Palabra de Dios y en testimonios de vidas. Así lograremos una doble impresión en los jovencitos. No dramaticemos, pero tampoco minimicemos el problema. No nos engañemos: gran parte de la felicidad futura de esos chicos, dependerá de su actitud frente al sexo.