Todo tiene su tiempo. Eclesiastés 3:1-8.

Recuerdo los días en que no había cuadro en las paredes blancas de frío vacío de la nueva casa.  Ni un solo color que las alegrara, ningún sueño enmarcado para cambiar su faz. Sin embargo en este momento estoy contemplando cuadros superpuestos en ociosa estancia sobre el escritorio, otros reclinados en la pared del estudio, porque ya no queda un hueco conveniente donde colgarlos y hartos están los muros  de albergar diseños y formas rígidas o desenfadadas en cuadrados y rectángulos.

Cuan ciertas las palabras del sabio que dijo; todo tiene su tiempo debajo del sol, tiempos de carencias, tiempos de abundancias, pues por nada hemos de estar afanosos, porque este tiempo pasará, no siempre durará la noche, ni las tristezas son sin fin, este tiempo también pasará.

Si te parece que tu vida, está desnuda de alegría, vacía de esperanzas, pues ten certeza que Dios tiene preparados los cuadros y diseños que alegrarán tus días, colgará de las paredes de tu existencia, las bendiciones que anhelas, que buscas,  y entonces no solo tú te deleitarás en contemplarlas, si no que todos los que miraren a ellas quedarán extasiados de su belleza. No desmayes que Dios es el supremo artífice, artista Omnipotente que embellecerá por siempre tu alma y espíritu.

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