La Dicción es el acto mismo de decir, es el cómo se dicen las cosas. Para una buena dicción hay que abrir bien la boca y respirar adecuadamente, de tal forma que sea en sí, la boca la que hable y no la nariz o garganta. Permitiendo a la palabra dar la claridad necesaria para ser bien entendida por la audiencia, evitando la confusión o las reacciones de «¿qué dijo?».
La intensidad de la voz: debe ser adecuado en relación con el tamaño de la sala, la acústica de la misma y los instrumentos de amplificación presentes o no. Entonces, la intensidad de la voz que debe utilizar un conferenciante, depende de la distancia física que media entre el emisor y los receptores y de los otros factores ya mencionados. Es conveniente no hablar demasiado alto; ya que se cansa tanto el conferenciante como la audiencia. Para saber si la intensidad de la voz es adecuada, basta con observar la expresión de los oyentes mas alejados.
Un orador con voz débil, puede compensar esa desventaja con una buena articulación y con el empelo de micrófono.
El lenguaje Corporal
Los gestos
El ser humano no posee solamente el lenguaje hablado, también se hace uso del lenguaje emitido por el cuerpo; logrando enriquecer el primero y además establece un canal de comunicación más intuitivo para la audiencia permitiendo hacer sentir que realmente se esta comprometido con lo que se esta diciendo, creando así una motivación adicional para que el auditorio siga con interés el tema que se este tratando.
La mímica, el rostro es espejo del pensamiento; por tanto no de menor importancia a la hora de dirigirse y de comunicar los pensamientos a la audiencia. Incluye especialmente el movimiento de labios, cejas y boca.
Las posturas es la posición del cuerpo que se conserva durante cierto tiempo y desde luego extensión y complemento de la mímica.
Cuando se habla del gesto o lenguaje corporal en oratoria, en un sentido practico para mejorar dicha capacidad de comunicación no oral, es importante tomar en cuenta los siguientes tópicos:
El rostro y los gestos faciales
Después de la voz, el rostro es el que más poder tiene en la elocuencia y ¡qué gracia y dignidad aporta! Pero no hay que caer en la afectación, ni muecas. Cuidad con igual solicitud el movimiento de los ojos; porque si es el rostro espejo del alma, los ojos son sus interpretes. Ellos son los que expresan, en conformidad con nuestros sentimientos interiores la tristeza y la alegría.
El estilo
El estilo es muy importante dentro del lenguaje hablado ya que permite la mejor manera de expresar la personalidad particular del orador. Esa «manera personal» de expresarse al comunicar algo, se puede comparar al sistema de huellas digitales: cada persona tiene su estilo particular. Consecuentemente, cada uno debe hablar conforme con su estilo personal, sin embargo hay requisitos en cuanto al estilo, destacando las siguientes cualidades:
– Claro:
Un discurso claro tiene mas posibilidades de comunicar un mensaje y de enseñar, persuadir o convencer. Si aspira a establecer una buena comunicación y ser comprendido, no basta con utilizar una lengua conocida; es preciso usar el lenguaje que es mejor conocido y comprendido por quienes escuchan, la claridad de expresión equivale a claridad de pensamiento, pues no es posible expresar claramente lo que se entiende en forma confusa.
Para lograr que el estilo sea claro, es necesario cumplir ciertos requisitos:
Se debe vocalizar para expresarse con nitidez, y con simplicidad. Las palabras poco usuales son un obstáculo para la comunicación. Si es necesario utilizar términos técnicos o científicos que no son conocidos por la gente que escucha, se debe explicar el significado de tales palabras.
– Preciso: Ante todo evitar el lenguaje aséptico, incoloro, lánguido; hablar sin compenetrarse o «sintiendo» lo que se esta diciendo, oculta y apaga la potencia energética del ser humano en su expresión oral.
Evitar el uso de términos demasiado intelectuales o abstractos.
No usar frases largas; se pierde fuerza.
La estructura sintáctica debe ser sencilla.
El lenguaje dinámico de la oratoria moderna debe contener los siguientes elementos:
-Frases cortas
-Vocabulario sencillo
-Sentido de lo practico
-Reflexión personal
-Variado
Muchas veces se incurre en el error de hablar mucho de los aspectos que giran alrededor del tema principal a tratar en una conferencia, lo cual hace que la audiencia se fatigue y cuando se llega al punto central ya se ha dispersado mucho la atención y se ha perdido la motivación del publico en seguir y absorber lo que se esta exponiendo.
Utilizar un estilo breve, enérgico, conciso, dirigido a la inteligencia, pero sobre todo debe apelar a los sentimientos de la audiencia.
Se puede terminar con una cita, o unos versos que resuman lo expresado o que sean invitación a la reflexión y a la acción.
Es muy importante en la conclusión. Transmitir al auditorio mensajes positivos con el fin de crear un efecto de satisfacción en el auditorio y generar a la vez actitudes de motivación y de comodidad.
DEFECTOS EN LA DICCIÓN:
Los vicios del lenguaje son formas de construcción o empleo de vocabulario inadecuados, que pueden dificultar la interpretación correcta de un escrito. Los chilenos sabemos mucho de esto, porque comparándonos con otros países americanos, tenemos pésima dicción y un débil vocabulario. Los más comunes son:
1) Anacoluto: Es el error que consiste en apartarse del tema central o meollo de la conversación. Este vicio dilata el discurso y lo hace insustancial. En Chile decimos que la persona que comete anacoluto acostumbra a «irse por las ramas».
2) Ambigüedad: Es la falta de claridad. Oración con doble interpretación o comprensión. Ejemplo: En la avenida Las Condes venden pañales para «adultos desechables».
3) Apócope: Acortar informalmente una palabra. Ejemplo: «Rodri» se compró una «bici».
4) Arcaísmo: Frase o palabra anticuada y en desuso. Ejemplo: Me compré un «pecos bill»
5) Barbarismo: El término barbarismo tiene, según el Diccionario de la Real Academia Española, la siguientes acepciones: 1.- Vicio del lenguaje, que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios. 2.- Voz extranjera que reemplaza a la palabra legítima de un idioma. Abuso con vocablos extranjeros. Ejemplo: «Aprobaste el examen» («Aprobaste el examen»). Ejemplo: El «afer» («affaire») me dejó «out».
6) Cacofonía: Combinación o unión de sonidos inarmónicos y poco gratos al oído. Ejemplo: «Pamela me la molió». a «puteadas» frente a los demás.
7) Dequeísmo: Abuso con las palabras «de que». Generalmente está de más la preposición de. Ejemplo: La ciudadanía cree «de que» vamos progresando.
8 ) Eufemismo: Disfrazar con suavidad o adornos lo que se debe o puede decirse con un lenguaje directo. Ejemplo: De pronto, apareció un grupo de «mujeres de vida fácil».
9) Folclorismo: Abusar con las expresiones típicas de un país. Ejemplo: Aquella niña hace mucho que ya «no arrastra la bolsa del pan».
10) Genérico: Referirse a las marcas y no a los objetos que representan. Ejemplo: Llamarle Fairy a todos los detergentes.
11) Impropiedad: Cambiar el real significado de las palabras. Referirse al significado de un término usando otro significante. Ejemplo: El ladrón apareció en el momento más «álgido».
12) Laconismo: Brevedad exagerada en las respuestas o en las expresiones en general. Tiene como consecuencia un mensaje incompleto.
13) Metaplasmo: Agregar o quitar un sonido que es propio de una palabra. Ejemplo: Ella cumplió «diciocho» años.
14) Metátesis: Cambio de lugar de un sonido en un vocablo. Modificar un sonido o letra en las palabras.
Ejemplo: La madre le dio un «peñizco» a su hijo.
15) Vulgarismo: Modificar la acentuación. Alterar la prosodia de letras, sílabas y palabras. Ejemplo: Yo jamás me «adecúo» a los problemas.
16) Neologismo: Abuso con palabras o giros nuevos o recientes en una lengua. Ejemplo: … Necesito tu «página web» o por lo menos dame tu «e-mail».
17) No concordancia: Vicio que altera la relación correspondiente entre el género y el número. No respetar los accidentes gramaticales. Ejemplo: Ayer fuimos a casa de mi «yerna».
18) Perífrasis: Rodeo de palabras. Decir mucho para expresar poco. Ejemplo: «Recién eran las seis de la mañana cuando los primeros rayos solares escaparon de las crestas de las montañas, luego, atravesaron los valles y llegaron con su débil calor a las cimas de los montes costeros; uno de los rayos entró con cierta impertinencia a la modesta casita y dando de lleno en el rostro del niño, lo despertó».
19)Pleonasmo: Redundancia viciosa. Repetición innecesaria. Ejemplo: El niño se «sonó la nariz».
20) Solecismo: Error en la sintaxis o en la conjugación verbal que le quitan pureza y exactitud a un idioma.
Ejemplo: Esperemos que no «haiga» problemas en el estadio.
21) Sonsonete: Ruido en la pronunciación. Alterar el correcto sonido de algunas consonantes
Ejemplo: «zenzazional».
22) Muletillas: Una muletilla es una palabra o frase innecesaria que se repite mucho en la conversación, por costumbre o como apoyo al hablar: bueno, vale son ejemplos de muletillas. Por ejemplo, hay profesores que siempre terminan cada párrafo o parrafada con la misma muletilla ¿me explico?, como si no estuvieran seguros de que han expuesto claramente el tema.
Las muletillas son expresiones innecesarias, comodines, palabras abstractas. No aportan mucho significado. Estos comodines son palabras que sirven para todo, si se abusa de ellas empobrece la lengua. Son comodines, en informática que sirven para todo, pero que en el habla empobrecen la expresión.
La muletilla no está dirigida al oyente, no tiene contenido informativo directo; el oyente sólo percibe que el interlocutor no tiene claro lo que quiere decir y que necesita “apoyarse” en frases o palabras vacías de sentido, o sin sentido para poder continuar hablando.
MULETILLAS MÁS USUALES. El diccionario de La Real Academia de la Lengua Española la define como “voz o frase que se repite mucho por hábito”. Uno de los más extendido en nuestras reuniones es el: ¿No? Otras son: «Precisamente», «verdaderamente», «ciertamente», «sencillamente», «de cierto», «en verdad», «grandemente», «oportunamente», «maravillosamente», «amigos míos», «queridas almas», «queridos hermanos», «en vista de esto», «en razón de lo dicho», «¿entendéis ahora?», «sabemos, pues», «compréndelos», «podemos pensar», «podemos estar seguros», podemos «afirmar», «podemos creer», «es necesario suponer», «en conciencia», «con toda verdad», «con toda certeza», «es innegable», «lo cual».
A veces se convierte en muletilla la repetición frecuente de un texto bíblico o de la línea de un himno. Hay predicadores que no pueden terminar un sermón sin tratar de demostrar la absoluta perdición de la insuficiencia humana por medio de la frase de Isaías: «Todas nuestras injusticias son como trapos de inmundicia», o bien: «Pasose la siega, acabóse el verano y nosotros no hemos sido salvos.» Frases que a causa de su alto simbolismo resultan incomprensibles para el oyente nuevo y, por lo tanto, debieran evitarse, si no hay la oportunidad de explicar la figura.